La Xunta y la vuelta a los orígenes vía conciertos educativos

En España, mientras se discute acerca de si hoy toca o no playa, algunos aprovechan agosto para trabajar a destajo. El paradigma son los representantes públicos y su incansable afán por dotar de contenido uno de los géneros literarios más seguidos: los boletines oficiales. El último ejemplo lo ha vivido Galicia gracias al presidente de la Xunta más progresista de la historia de la comunidad (incluido Don Manuel) que lleva unos años tratando de arrebatar el título al exalcalde de Madrid a quien, el cargo de ministro, le provocó una vuelta a su propia realidad conservadora. Hay quien dice que por aquello de buscar un hueco en Madrid. Los mismos aseguran que puede ir poniéndose a la cola porque tiene a muchos/as delante. Pero esta es otra historia.

«¡Que se joda!», como diría su propia hija

Pues va a ser que sí, que la Justicia a veces existe. Carlos Fabra, el gran Carlos Fabra, el abuelo del aeropuerto sin aviones, el otro gran ‘cacique bueno’ de la política española, dará con sus huesos en la cárcel. Seguramente usted lector, como yo, al escuchar la noticia habrá pensado: “Ya, pero ¿cuánto tiempo pasará entre rejas?”. Es verdad, pero la noticia es la que es.

Menos español que ayer, pero más que mañana (al estilo Aguirre)

El depredador observa, con paciencia, inmóvil. Busca el punto débil de su presa o que la naturaleza le brinde la oportunidad. Cuando se sabe ganador, ataca sin piedad, con el único objetivo de lograr su pieza, su comida. El ‘modus operandi’ del mundo animal, tiene su reflejo en el político: Esperanza Aguirre. El último ejemplo es su remake de «Novia a la fuga». Mintió (según dice la versión municipal) e hizo uso de esa chulería castiza tan suya para, tras sufrir un incidente que a cualquiera le hubiese costado su carrera (no olvidemos que un ministro de Justicia ‘fue obligado’ a dimitir por cazar en una región para la que no tenía licencia), pasearse por todos los medios de comunicación y justificar lo injustificable.

De la ‘herencia recibida’ a la ‘sobrevenida’

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Uno de los ejercicios al que mayor esfuerzo dedican los partidos políticos tiene que ver con el escenario que se encontrarán una vez alcancen el poder. En España, el Partido Popular, en contra de lo afirmado por algunos de dirigentes (y que en varios supuestos significaron contradicciones con lo afirmado antes de llegar a La Moncloa) conocía la situación económica del país en noviembre de 2011 y, por ende, las previsiones para los años posteriores. Un ejemplo de esto es que los primeros recortes se anunciaron en las comparecencias que supusieron el debut de Mariano Rajoy como presidente.

Manada de… ¡hijos de puta!

Lo primero que he de decir es que no me refiero a quienes en estos años han llevado a la ruina a miles de personas en España, pero también en Grecia, Portugal y en diferentes partes de esta Europa cuna de civilizaciones convertida ahora en una especie de régimen autoritario cuyo señor máximo es el capital y los mercados financieros desregularizados. 

Pongamos que hablo del Madrid (de E. Aguirre)

En 2003 Esperanza Aguirre aterrizó en la Comunidad de Madrid y no ha dejado de ser noticia. Desde aquel instante dos pilares centran la estrategia sobre la que ha tejido su red de poder: la bonanza económica (de entonces) y el control férreo de las instituciones que dirige. Años después, y un período de asueto político mediante, parece que la ‘lideresa’ ha fijado su nuevo objetivo. Las bases que le han permitido estar en el candelero mantienen un punto negativo al que trata de dar la vuelta. Si bien en Madrid ha superado en confianza a Gallardón, en el resto de España ha luchado contra una imagen que es inversamente proporcional al apoyo que atesora en su feudo. El titular de Justicia, por su parte, ha visto disipada su popularidad dentro y fuera desde el instante en que Rajoy lo incluyó en su Ejecutivo.