‘Comprar’ la información como estrategia política

Sigue hablándose y mucho de los relevos en los principales periódicos del país. A esto hay que sumarle los bailes en el accionariado de cadenas de televisión. En este momento de zozobra o, como diría el presidente del Gobierno, de ‘galerna económica’, todo movimiento en las cúpulas de los medios enseguida fija el foco en La Moncloa. Algo así como un Gran Hermano gubernamental que persigue modificar la estructura de todo, en este caso de los soportes informativos, para alargar aún más su sombra con el reparto de propaganda institucional. Su concesión es proporcional a la adulación en  titulares e textos.

Manada de…

¡Ositos de Peluche! No dedico el elogio, aunque alguno mirará segundas intenciones, a los preferentistas que, según dicen por ahí, buscaban ‘duros a pesetas’, los funcionarios despedidos porque todos debemos arrimar el hombro; los jóvenes sin empleo y futuro quienes en lugar de formarse, centran su limitada capacidad a esos inventos del diablo que son las redes sociales o a escuchar música que los ‘atocina’ ¡Parece que todos han salido de la EGB ‘sociata’!

Los del ‘tea party’ español

Era cuestión de semanas, de meses o de años. Había que buscar el momento justo, el instante adecuado para mostrar una de sus cartas más importantes, su presunta fuerza, su presentación en sociedad. Era fundamental escoger bien el día para marcar las pautas cara el futuro. Y el acontecimiento llegó; rodeado de toda la parafernalia que requiere una puesta de largo de estas características. Miles de personas arropando a las víctimas y, por extensión, respaldando a los ‘nuevos salvadores’.

Rajoy en su encrucijada

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La entrada en prisión, de manera incondicional y sin fianza, de Luis Bárcenas, ha tenido como primera consecuencia que el extesorero del principal partido político del país haya recuperado el título de ‘innombrable’ que parecía olvidado gracias a esa estrategia de comunicación del PP del ‘no comment’. Desde que se conoció la noticia, la zozobra ha regresado (si es que se había ido en algún momento) a Génova 13.

Al margen de nombramientos periodísticos, lo que parece claro es que el temor a que Bárcenas ‘tire de la manta’ es evidente. No sirve para hacer una afirmación de este tipo lo dicho en las comparecencias en Bruselas, por parte del Presidente del Gobierno, o Madrid tras el Consejo de Ministros, de su segunda de a bordo, porque es algo ya habitual entre los populares cada vez que salta a los medios de comunicación algo que no es positivo para la formación. Son más significativos otros aspectos de las reacciones de estos días. Por ejemplo, las caras de los comparecientes, los gestos, lo que lo especialistas denominan comunicación no verbal. Y esos rostros sí reflejan la preocupación… pero por bandos.

Mención aparte merece el comunicado de 17 palabras lanzado por el PP porque la sensación es que en esas 17 palabras se dicen muchas cosas. Si no tienes nada qué decir, no lo digas; si es lo contrario, argumenta. Alguien debió pensar que darían más de sí 17 palabras que dos folios de nota de prensa. Habría que preguntarse por las intenciones de los muñidores del ya famoso comunicado

Dos facciones diferenciadas

Sin embargo, todo lo que está rodeando a los populares desde que el de nuevo ‘innombrable’ está en prisión tiene otra lectura cuya dimensión más importante puede alcanzarse a partir de ahora y que es la que divide el partido en dos posiciones claramente diferenciadas: los que están con Mariano Rajoy pero buscan su ‘futuro’ político y quienes mantienen una encarnizada lucha contra él desde hace años. En algunos casos ambas facciones se confunden y mezclan por interés no general, sino particular, personal. En el primer bando se encuentran aquellos que no tienen miedo al extesorero porque no entraron en esos juegos de sobresueldos extraños y demás. Entre estos hay que mencionar a la secretaria general del PP, Dolores Cospedal, que además fue de las primeras dirigentes que decidió acudir a la justicia contra Bárcenas a título individual, lo que provocó no pocas tensiones en el partido. Además, la Presidenta castellano-manchega ‘presume’ de ser ella la que puso freno a las prácticas internas del ahora encarcelado. Hay quien señala que la postura de Cospedal es una pose para su ascenso interno con Madrid como meta política. Frente a ella, y según cuentan algunos opinadores, se encuentra totalmente a salvo de sueldos, sobresueldos y demás, la gran rival de Cospedal: Soraya Saenz de Santamaría. Ha sabido en todo momento apartarse de los asuntos turbios del partido e, incluso, ahora mismo, aunque es la número dos del presidente del Gobierno, parece que ni siquiera forma parte del PP puesto que su alejamiento de los ‘tejemanejes’ internos la convierten casi en ‘independiente’ a ojos de muchos ciudadanos. Aparece también el máximo dirigente del PP gallego, a quien muchos ven como el sucesor, si bien sus fotos inapropiadas con un narco le han hecho perder adeptos populares, pero ahí sigue y goza de toda la confianza de Rajoy.

¿Quién está, entonces, en el otro bando? La respuesta es sencilla porque siguen los que se han posicionado, explícita e implícitamente, siempre en contra del nombramiento del pontevedrés al frente del PP. Aquí Esperanza Aguirre juega un papel fundamental. Su salida de la Comunidad de Madrid, aunque preparada meses antes, dio la impresión de ser de un día para otro, con toda la dimensión mediática que logró (como casi siempre que habla o escribe algo). Presume la expresidenta madrileña de no estar salpicada por el tema Bárcenas, dejando a un lado las posibles (evidentes para algunos medios) conexiones de su administración con la trama Gürtel. Ella espera su momento y lo tendrá en breve para referirse, de nuevo, a la «regeneración política», y lo aprovechará para volver a llevarse primeras páginas y minutos televisivos y seguir preparando su ¿retorno?.

Esa guerra interna, que parecía en stand by, vuelve a ocupar buena parte del interés. Si en su momento muchos adelantaron que Luis Bárcenas no entraría en el juego de levantar las alfombras mientras estuviese ‘protegido’ (de ahí buena parte de la estrategia jurídico-procesal de los letrados del PP hasta la retirada del papel de ‘acusación particular’), ahora esperan la reacción del extesorero ante la afrenta de verse entre rejas. Algunos/as se frotan las manos, otros aplauden, hay quien se esconde (¿dónde está Javier Arenas?). Entre tanto, ‘en provincias’ los digirentes locales hacen el cálculo del daño que ZP hizo en su momento y con su estrategia a los candidatos socialistas a las alcaldías de toda España.

En medio de todo esto, Mariano Rajoy observa, espera, calla porque «…todo es falso, salvo alguna cosa».

¿Cómo sería ahora mismo una reunión entre Aznar y Rajoy?

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11.30 horas. En algún lugar de Madrid. Jose María Aznar y Mariano Rajoy quedan para mantener un encuentro privado y secreto tras los últimos acontecimientos. Aznar llega con algunos de sus colaboradores, al igual que Rajoy. Un gesto de aprobación entre ambos que deja entrever lo que se conocen tras años de trabajo conjunto y amistad, es suficiente para dar a entender a sus séquitos que la reunión no precisa de intermediarios, traductores o analistas.

– Qué tal. Cuánto tiempo sin hablar contigo. Iba a decir también que sin verte pero el otro día lo hice, eso sí, desde la distancia.

– Hola Mariano. Lo mismo digo.

– Creo que era necesario que nos viéramos porque las cosas se han… descontrolado un poco. Es verdad que mantener un encuentro privado es casi imposible con los medios de comunicación pululando siempre a nuestro alrededor aunque creo que lo que habíamos pactado te lo saltaste a la torera en la entrevista, de ahí la urgencia de esta reunión.

– Sinceramente creo que no tienes razón y todo esto es por el temor a que te puedan fotografiar conmigo. Si en lugar de intermediarios hubiésemos sido nosotros mismos quienes preparasen la entrevista…

– Es igual. Atendiendo al sentido común, considero que te pasaste en tus valoraciones y evaluaciones. Me pusiste a los pies de los caballos y eso del final… lo de dejar entrever que si es preciso volverás…

– No te enfades. Ya he aclarado que no iba contra nadie. Además, con todo lo que está cayendo, con unas previsiones económicas malas no, peores, la estrategia no ha salido mal. ¿De qué están hablando ahora mismo los medios, de la crisis o de mi entrevista? Pero si hasta los columnistas de El País, una semana después, siguen hablando de mí. ¡Por favor, Mariano!

– En eso no te quito la razón pero, con honestidad, considero que se te ha ido de las manos. Aunque estaba todo, más o menos preparado, con gente de confianza, te conozco y las primeras preguntas sobre la boda y los regalos te sacaron de quicio.

– ¡Pues claro! Qué se creen todos estos. Si no defiendo yo a los míos quién lo va a hacer. A lo largo de todos estos años la obsesión de El País conmigo ha sido terrible. Y sé que detrás de esos ataques sin descanso vienen de alguien cercano a ti porque, Mariano, no nos engañemos, aquí todos y ¡todas! buscan posicionarse por lo que pueda pasar…

– ¡Por favor, no veas fantasmas donde no los hay! ¡Te estás pareciendo a los socialistas o a tu amigo Pedro J. con las conspiraciones! Je, je, je.

– Ahí has estado bien. Volviendo al asunto, de verdad, no busques otras intenciones en mi entrevista del otro día. Lo había hablado nuestra gente de confianza.

– De acuerdo. Confío en ti. Espero que se cumpla lo que dices.

– Se está cumpliendo ya… Pero creo que queda algo sobre la mesa.

– ¿El qué? ¿A qué te refieres?

– ¡Joder, Mariano, no te hagas ahora el gallego! A qué ha venido tu encuentro, charla o como coño quieras llamarlo con él.

– Bueno… hum… Veamos. Creo que dentro del marco institucional en el que nos movemos que un expresidente…

– Que soy yo. No me sueltes lo que escriben para que cuentes a los medios de comunicación.

– Vamos a ver. Lo único que ha hecho es ponerse a mi disposición para lo que sea, para ayudar a salir al país de todo esto. ¡Joder, de nuevo vuelves a las teorías conspiranoicas!

– Ya claro. Y nada de relajar el déficit a los secesionistas… seguro que por ahí no fueron sus palabras.

– No, pero no olvides que en Cataluña y con Cataluña no podemos entrar en un conflicto. Recuerda tus tiempos…

– No lo entiendo, Mariano. No entiendo cómo es posible que él se ofrezca para eso. ¿No te das cuenta que es para desprestigiarme? Si no lo ves así…

– Pues no. Yo no lo veo de la misma forma que tú. Trata de observar las cosas con perspectiva y olvida ese…. sentimiento que tienes hacia él.

– ¡Qué rápido olvidas! ¿Ya no recuerdas sus desprecios, su altanería, su prepotencia? Yo lo sigo teniendo muy presente.

– Mira. La situación es más que complicada. Tus recetas ya no sirven porque son inviables. La herencia recibida habría que buscarla también más atrás…

– ¿Pero qué me estás diciendo? En aquellos años conseguí, conseguimos…

– Sí, me sé las cifras, yo también estaba en aquellos gobiernos. Veníamos ya de un ciclo malo, ya lo habíamos dejado atrás. España llevaba dos años creciendo y el paro bajando y entonces…

– Entonces ¿qué?

– Pues que decidimos lo de la ley del suelo y de aquello esto. Zapatero no hizo nada y a mí me ha tocado lo peor.

– Es decir que la herencia recibida es de mis gobiernos…

– Yo no digo eso. Pero que las reformas las tuvimos que hacer mucho antes es evidente. Pero bueno déjalo ya. No quiero que me veas como a un enemigo; soy yo, Mariano. Lo que quiero es que confíes en mí, que los cambios que estamos propiciando…

– No nos conducirán a la recuperación. Nos estamos equivocando y tú lo sabes y eres consciente de ello…

– No sé si nos equivocamos pero las condiciones macroeconómicas no nos favorecen y los alemanes y sus seguidores de otros países nos ven como un problema al que apretar las clavijas.

– Y entonces la solución pasa por aliarnos con los socialistas de París y Roma. ¡No me fastidies! Lo siguiente qué será ¿pedir consejo a Krugman o Stiglitz?

– Venga, venga. No digas tonterías. Sabía que saltarías con algo así. Esto solo me sirve para pensar que en la entrevista de marras tú te saliste del guión pactado. No te entiendo, de verdad.

– Mi opinión es la que es, te guste o no y…

– No te das cuenta de que ese es el problema. Tú eres el presidente de honor del partido y tus opiniones son importantes, tanto que pueden provocar consecuencias terribles para mí, pero también para España y los nuestros.

– No estoy de acuerdo contigo pero como soy un hombre responsable me pliego a lo que dices, aunque siempre daré con libertad mi punto de vista, le pese a quien le pese, aunque seas tú.

– Lo doy por descontado.

– Por cierto ¿tienes controlado al innombrable?

– Más o menos. Parece que ahora está más tranquilo. Es consciente de que lo que sabe le perjudica a él más que a nadie.

– Bueno, bueno…

– Yo creo que no tiene intención de seguir con esto salvo algún varapalo judicial que, según las informaciones de las que disponemos, no se va a producir.

– Entonces ¿lo tienes controlado?

– Digamos que sí. ¿Y tú has agarrado bien el collar de Esperanza?

– No te preocupes. Ella hará lo que yo diga, por ahora. Sabes que es de temperamento fuerte y que en ocasiones es difícil controlarla pero en ello estoy.

– Pues sería conveniente porque las próximas semanas serán muy duras y si ella se sale del guión porque el otro día leí un ‘cuento’ sobre regeneración que me hizo mucha gracia pero del que he extraído algunas conclusiones.

Dos horas de reunión, con sus encuentros y desencuentros, que finaliza con la sensación de que ninguno de los dos se fía del otro. De nuevo la tranquilidad vuelve a ese lugar de Madrid. Aznar se va preocupado por la deriva de Rajoy; para este es evidente que el expresidente no ha cambiado, bueno algo sí, ahora se cree dios.

*Recreación de un hipotético encuentro ¿Se producirá? ¿Se han renido ya?

Las ciudades de Madrid, piedra de toque para Tomás Gómez

En los últimos meses se vienen produciendo diversos movimientos en el Partido Socialista que tienen repercusión en varias de sus delegaciones. En algunos casos, debido a la importancia relativa que a nivel estatal representan en la formación, esos movimientos se quedan en simples ‘pataletas’ o así hacen que parezcan los medios de comunicación. El ejemplo opuesto, es decir, con trascendencia notable en Ferraz, es el PSM. Los socialistas madrileños se encuentran ahora mismo en una encrucijada con un protagonista claro, su máximo responsable, Tomás Gómez.

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Tras las primarias que le enfrentaron a Trinidad Jiménez y, por extensión al aparato del partido, Gómez se presentó como el ‘recuperador’ de la esencia socialista en la región. El fracaso electoral de mayo de 2011 fue achacado por parte de su equipo a la ‘herencia’ del zapaterismo a nivel nacional, si bien en Madrid el batacazo (como en otras zonas del país) fue especialmente sangrante. Por entonces se dio por válida la argumentación. Sin embargo, pasado el tiempo, las cosas no han mejorado para el PSM, tanto en imagen pública, como en intención de voto. La última encuesta conocida hace unas semanas ha servido para poner sobre la mesa el desgaste que las políticas del Gobierno de Mariano de Rajoy y la salida de Esperanza Aguirre provocan en el PP madrileño; no obstante, sobre todo ha puesto de manifiesto que el papel de Tomás de Gómez al frente de los socialistas no ha servido para recuperar terreno, sino todo lo contrario. Según el mencionado sondeo el PSM perdería más votos que sus homólogos del federal hasta el punto de que IU prácticamente empataría de celebrarse ahora las elecciones. Es evidente que se trata solo de un informe demoscópico y que resta todavía mucho tiempo para los comicios autonómicos. Esta es, precisamente, la frase más repetida en el círculo próximo al secretario general madrileño; enfrente se sitúan quienes desde hace algunos meses, incluso años, advierten de la deriva que perciben en la capital y en los municipios, a los que se han sumado algunos dirigentes locales que antes formaban parte del entorno de Tomás Gómez.

Alcalá puede ser la primera

Los críticos consideran que el momento es histórico para desbancar al Partido Popular de la presidencia de la Comunidad de Madrid pero, al mismo tiempo, creen que el exalcalde de Parla no está actuando de forma correcta. Ha pasado del enfrentamiento, primero con Zapatero y luego con Rubalcaba, a utilizar las mismas armas que les echaba en cara a ellos y a los partidarios de la línea defendida por Ferraz, dicen sus detractores.

Un ejemplo de esto es lo que ocurre en Alcalá de Henares y la posible moción de censura que llevaría al PSOE local hasta la alcaldía. Las discrepancias, en esta y otras ciudades en situación similar a la de la ciudad complutense, tienen que ver más con guerras internas que con desacuerdos con las formaciones con las que se pueden alcanzar pactos. Y ahí es donde, según dirigentes destacados del PSM, se equivoca Tomás Gómez porque se pone de parte de su ‘personal de confianza’ con presencia activa en su ejecutiva, dejando de lado los intereses del partido a corto, medio y largo plazo. Mañana domingo los militantes de Alcalá deciden sobre el posible pacto de Gobierno que lleve a su formación a la alcaldía.

Muchos esperan con incertidumbre la reacción de Gómez. Hay quien asegura que si gana la opción que apuesta por el regreso al Ayuntamiento, el actual secretario general no podrá oponerse. Si esto sucede, tras la cuna de Cervantes pueden producirse movimientos idénticos en otras urbes en circunstancias de gobernabilidad similares. A pesar de lo anterior, y de que estatutariamente el PSM nada tiene que decir en el proceso de Alcalá sino que corresponde a la ejecutiva federal del PSOE, no son pocos los que dudan de algún paso adelante de Tomás Gómez y su guardia pretoriana para lograr que sus posicionamientos se impongan en la tercera ciudad de Madrid.

Ejecutiva ‘tocada’

Pase lo que pase, es evidente que los apoyos del secretario general del PSM en ciudades importantes de la región se han visto afectados por todo lo ocurrido. Dirigentes municipales, incluso algunos de los que le respaldaron en su ‘batalla’ contra Trinidad Jiménez, empiezan a ver a Gómez en una posición parecida a la que barones autonómicos de toda España ven a Rubalcaba, es decir, como un lastre desde el punto de vista electoral. Las guerras internas, mal endémico en el PSM, están mermando la fuerza de la que Tomás Gómez ha venido haciendo gala y que le ha permitido tener, más o menos, controlado el partido. Alcalá puede ser el primer reflejo de esto, pero no el último.

La EPA y la mejor ministra de Empleo de la democracia

Más del 27% de paro, más de 6.000.000 de personas sin empleo, más de 200.000 nuevos españoles apuntados a las listas del Inem en el primer trimestre del año, más de 700.000 nuevos desempleados en el último año. Entre medias, una reforma laboral que sólo beneficia a quienes ya antes (con crisis o sin ella) salían beneficiados; un recorte en las prestaciones ganadas por derecho por trabajadores que se han visto en la calle después de que Mariano Rajoy y su partido (y alguna otra formación) dieran el visto bueno a la mencionada reforma. Lo que algunas llaman «movilidad exterior» es en realidad una fuga de jóvenes que daría vergüenza al patriota más pintado. Cientos de miles de españolitos han dejado su tierra porque aquí no hay presente y el futuro es más que negro. Tras cortar las ayudas para investigación, muchos científicos, jóvenes y no tanto, también han tenido que emigrar; el sablazo a las ayudas para los parados de larga duración ha provocado que nuestro país sea hoy portada en el mundo porque una madre se cae en la calle desmayada debido a que no tiene para comer y lo poco que consigue se lo da a su pequeño.

Ni siquiera los inmigrantes, a esos a los que hemos denostado (unos más que otros, evidentemente) haciéndoles responsables de todos nuestros males (sanidad, educación, empleo…), quieren seguir aquí. Esto también permite concluir que aquellos argumentos baratos que relacionaban delincuencia y extranjeros, sanidad deficitaria e inmigrantes, o fracaso escolar y niños de otras nacionalidades, fueron únicamente afirmaciones populistas con tintes electorales y muchos españoles se lo creyeron (¡Y lo siguen haciendo todavía!).

De los ‘brotes verdes’ del innombrable Zapatero, hemos pasado a los ‘signos incipientes de recuperación’ del inefable De Guindos, acompañado por la ‘herencia socialista’ del ya apodado (también entre los miembros de su partido) «el perdonavidas» Montoro, sin que este país levante cabeza.

El dato de la Encuesta de Población Activa conocido hoy pone de manifiesto varias cosas. Por una parte, que desde hace unos años la EPA no nos da una alegría, aunque esta misma mañana saldrán altos cargos del Gobierno a hacer su interpretación ‘particular’; por otra, que tenemos a la ministra de Empleo con más contactos de nuestra historia reciente si no ¿cómo se puede explicar que sin experiencia laboral haya escalado tanto en la vida pública de este país? Fátima Báñez volverá a sorprendernos con su verbo fácil para tratar de desentrañar unas cifras muy claras. Por ahora no hablará y cuando lo haga lo hará a su manera, por ejemplo, cuando anuncien los ‘minijobs’ (que lo harán pero dándoles un nombre con empaque); ahí la veremos en todo su esplendor.

Hay algo que debe tranquilizar a la población de este país y es que con Báñez tenemos ganado el cielo, por sus conexiones con santos y vírgenes. Sin embargo, tras pensar esto y a la vista de los datos de desempleo me da por pensar y preguntarme ¿no se habrá metido la ministra en alguna secta destructiva y ella no lo sabe?